La cremà, como casi todo el mundo sabe, es el acto en el cual un monumento fallero que ha costado muchos o pocos miles de euros se prende fuego y se convierte en una triste ceniza negra. Es un gran momento en la fiesta de las Fallas, pero también muy triste, ya que marca el final de la fiesta… y al día siguiente hay que ir a trabajar.
Quemar una falla no es echarle un cóctel Molotov encima. Para hacerlo, los falleros retiran del monumento las vallas que tenía alrededor desde la plantà y después lo rodean de una traca incendiaria con alguna carcasa que dispare al cielo luces de colores. Para que prenda bien, le hacen agujeros (momento triste para la fallera mayor) y la rocían de gasolina. Antes de quemar la falla, es muy normal que se dispare un castillo de fuegos artificiales que le da más color al acto. Al acabar éste, suele ser la fallera mayor enciende la mecha de la traca desde lejos, y ésta prende a la falla (momento más triste para la fallera mayor). El público al poco rato se aparta un poco del monumento, no para verlo mejor, sino porque pueden acabar chamuscados del calor que desprende. Cuando el fuego ha consumido gran parte del monumento, el público espera ver caer el remate, y cuando lo hace, aplauden de la emoción.
Tras unos minutos, de la falla no quedan más que cenizas y una huella de asfalto derretido. Los falleros celebran el fin de fiesta, y los más trabajadores recogen los trastos que han quedado por la calle. Después toma el relevo un ejército de barrenderos, que se encargan de recoger todas las cenizas para que al día 20 no haya ni rastro de lo que habían sido unos magníficos monumentos de cartón-piedra o corcho.
Aquí tienes unos vídeos de la cremà de algunas fallas:
¿Cuándo es la cremà?
Día 19 de marzo
Fallas infantiles: a las 22.00 h en general
Fallas grandes: a las 0.00 h en general
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