En 2012 se cumplió un siglo de esta falla que, a pesar del paso del tiempo, sigue recordándose por el revuelo que armó en su época. Esta es la historia de la falla que plantaron en la plaza del Doctor Collado (València) en 1912, conocida como la falla de La Margot y realizada por el artista Pedro Guillem.
Su lema era realmente La sicalipsis a la orden del día, y representaba el escenario del Salón Novedades donde actuaba una cupletista muy conocida en la época, de nombre artístico La Margot y real Adela Vicente, que estaba cantando el tema picante La pulga. El público estaba formado por “viejos verdes” sospechosamente parecidos a miembros de la burguesía local, y junto a ellos un grupo de músicos. La falla no tenía parte posterior, ya que estaba pensada para verse exclusivamente por delante, y su presupuesto fue de 1.310,80 pesetas.
La estructura de la falla no era habitual, al tener escenas tanto encima de la base (que era el escenario del teatro) como a la altura de la calzada (el patio de butacas). Todos los personajes que aparecían en ella estaban basados en personas reales, aunque no se les nombrara explícitamente. De hecho, para modelar a la cupletista, el artista le pidió permiso a La Margot para reproducirla y ésta hasta se ofreció para posar. Abajo, los cuatro músicos (un pianista, un trompetista, un violinista y un contrabajista) se parecían enormemente a los reales del salón, y los dos hombres de avanzada edad que miraban boquiabiertos a la artista le daban un aire a personas conocidas de la alta sociedad de la época. El realismo de los ninots fue tal (se usaron pelucas, ropa real, ojos de vidrio y cabezas y manos de cera) que parecían personas de carne y hueso.
Con este argumento y en aquella época, era lógico que produjera escándalo, hasta el punto de que su artista fallero pidiera protección a la guardia municipal para poder plantarla. Además, algunos vecinos de la alta sociedad protestaron porque se vieron representados en ella, y tuvieron que retirarse algunos ninots. Y por si fuera poco, un concejal del Ayuntamiento de Valencia de apellido Alcón, que formaba parte del jurado de los premios de fallas municipales, ordenó que se vistiera más a la figura de La Margot.
Sin embargo, no todo fueron malas críticas. La prensa local destacó la calidad artística de las figuras y la intención de los falleros con la temática elegida, por ejemplo. De hecho, el grupo Pensat i Fet le otorgó su estandarte artístico a esta falla al considerar que tenía una buena crítica y sátira de un mal social, cualidades que consideraban imprescindibles en un catafalco fallero.
En cualquier caso, la polémica hizo muy conocida a esta falla. La gente se agolpaba para verla, hasta el punto de que algunos diarios decían que hubo personas que se iban asqueadas de la plaza del Doctor Collado de tanta gente que había en ella. Incluso fue a verla la propia Margot, que actuaba de verdad en el Salón Novedades (un local de variedades que existía en la calle de las Barcas de València), hecho que causó un gran revuelo entre el público.
Y por si no había dado bastante que hablar, llegaron los premios del Ayuntamiento de València y no se llevó ninguno, decisión que se consideró injusta. Y más cuando la ganadora fue la falla de la plaza de Mariano Benlliure, que era un claro anuncio de papel de fumar, lo que dio pie a decir que de esta manera la fiesta podría convertirse “en una serie de reclamos”, desvirtuándose así su espíritu.
También tuvo considerable público la cremà de esta falla, incluyendo de nuevo a La Margot, que la vio desde un balcón de la plaza. Parte del publico le aplaudía, y parte le pitaba, según la prensa, y una vez consumido el monumento, hubo tanto revuelo cuando quiso irse a su domicilio que tuvo que escoltarla la guardia municipal.
Ahora bien, tanta polémica también tuvo su beneficio. El primero fue para los falleros, que vieron cómo su falla se hizo muy popular. Pero además, también le vino muy bien a La Margot y al Salón Novedades, ya que se remontó su espectáculo, el cual incluso dejó de representarse el febrero anterior por una huelga en el sector. Tan agradecidos quedaron, que dieron un donativo de 25 pesetas (que en aquella época estaba muy bien) a la comisión fallera.
En ocasión del centenario de esta falla, la comisión de Doctor Collado plantó una alusión a la misma en un monumento realizado por el artista fallero Vicente Almela. En una de sus escenas se podía ver una reproducción de la antigua falla con el teatro y por supuesto, la figura de La Margot.
PARA SABER MÁS:
SOLER I GODES, ENRIC (2000): Las Fallas: notas para su historia (1849-1936), València, Albatros.
VV.AA. (1990): Historia de las Fallas. València, Levante-EMV.
BORREGO PITARCH, VICENT (2006): “Les falles sicalíptiques: de l’opereta al cuplet”. València, Llibret de la Falla Na Jordana, pp. 71-104.