Falla El Foc, 1954 (foto: BDFallas.com)
Falla El Foc, 1954 (foto: BDFallas.com).
Falla El Foc, 1954 (foto: BDFallas.com)
Falla El Foc, 1954 (foto: BDFallas.com).

Pocas fallas han tenido tanto éxito entre el turismo, y a la vez tantas críticas de los falleros, como la diseñada por Salvador Dalí en 1954 para la comisión de El Foc. Y es que aunque tenía el gancho de ser idea del conocido pintor surrealista, dentro del mundo de las Fallas se la vio como un elemento extraño que no se llegó a comprender. Hoy en día, a fallas como esta que tienen una estética diferente a la clásica, se les llama “experimentales” e “innovadoras” y son habituales todos los años.

Boceto de la Falla El Foc de 1954, diseñado por Salvador Dalí (imagen del TF)
Boceto de la Falla El Foc de 1954, diseñado por Salvador Dalí, según publicó “El Turista Fallero”
Falla El Foc, 1954 (imagen del No-Do de 1954, rtve.es)
Falla El Foc, 1954 (imagen del No-Do de 1954, rtve.es).
Falla El Foc, 1954 (imagen del No-Do de 1954, rtve.es)
Falla El Foc, 1954 (imagen del No-Do de 1954, rtve.es).

Esta falla la plantó en la actual plaza del Ayuntamiento de Valencia la comisión de El Foc, formada por falleros con una buena posición económica (en aquella época aún no existía la falla municipal).  Su lema era La corrida de toros surrealista, costó 111.000 pesetas (unos 667 euros), estaba fuera de concurso y la construyó un escultor de renombre, Octavio Vicent, no sin padecer bastantes problemas técnicos para llevar el boceto a las tres dimensiones. Fue un monumento diferente a todo lo visto hasta ese momento tanto en estética como en guion, pues representaba una corrida de toros donde la plaza se veía con una perspectiva diagonal, el público eran brazos desnudos que salían de las gradas hacia arriba, había un busto enorme que era mitad la cara de Dalí y mitad la cara de Picasso, y una mujer que podía ser la musa del primero, Gala. Dentro del ruedo había un torero con alas de mariposa multicolores, y mirando desde arriba un toro muerto y ensangrentado llevado por el aire por un extraño helicóptero con garras de águila, cabeza de sapo y dos cuernos, al que se llevan a unas montañas para que descanse en paz.

Antes de que se plantara, ya había controversia. La mayoría de los valencianos opinaban que desvirtuaba lo que se entendía por falla, considerándola incluso una provocación, y le auguraron poco éxito. Una de las críticas vino del propio maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Regino Mas, quien hizo una sutil mala opinión del monumento sin atacar a Dalí, ya que era un artista muy bien considerado por el régimen franquista, declarando que estaba molesto porque la Falla del Foc buscó artistas de fuera de Valencia en lugar de contratar uno local. Incluso el propio artista fallero, Octavio Vicent, habló mal del proyecto una vez quemado, quejándose de las dificultades para llevarlo a cabo y del poco beneficio económico que obtuvo de él. En una entrevista opinó que Salvador Dalí no se esforzó demasiado en el boceto, ya que pensaba que eran “cuatro trazos mal dibujados”.

Por su parte, Dalí también se quejó de la comisión fallera, no gustándole su trato y exigencias. Además se enfadó porque no le pagaron cuando él quería, lamentándose de no haber cobrado cuando entregó el trabajo para no tener que perseguirlos después.

Sin embargo, la fama del genial pintor, y también la fuerte polémica que se generó, hizo que la falla de Dalí fuera prácticamente la más visitada de Valencia en 1954. Su trascendencia en los medios de comunicación fue tal que hasta habló de ella en la prensa extranjera y llegaran a la ciudad turistas de todo el mundo para verla. Como muestra de ello, el No-Do dedicado a las Fallas de ese año mostró en una secuencia el singular monumento.

Esta falla, como todas, se quemó (con una masiva afluencia de público, por cierto), pero quedó como recuerdo una maqueta de considerable tamaño que se expuso en el Reial Cercle Artístic de Barcelona el año 2009.

En esa misma exposición, formada por objetos provenientes de colecciones particulares, también se pudo ver el boceto original de la insignia que Dalí diseñó para la comisión de El Foc, el cual estuvo escondido en manos de un coleccionista hasta ese momento.

Portada del llibret de la Falla El Foc de 1954, con el boceto de la insignia creada por Dalí
Portada del llibret de la Falla El Foc de 1954, con el boceto de la insignia creada por Dalí.
Insignia de la Falla El Foc de 1954, diseñada por Salvador Dalí
Insignia de la Falla El Foc de 1954, diseñada por Salvador Dalí.

En definitiva, a pesar de las fuertes críticas de los valencianos a este monumento, debidas a la concepción clásica de la estética fallera imperante en aquellos momentos (y que siguen teniendo muchos falleros actualmente), la falla diseñada por Dalí fue un éxito de público (en especial entre los turistas) y se sigue recordando como un hito a destacar en la historia de la fiesta.


PARA SABER MÁS:

VV.AA. (1990): Historia de las Fallas. València, Levante-EMV.

El Turista Fallero, 1954.

BERENGUERAS, TERESA (2009): “Salvador Dalí y las fallas“. Web Siglo XXI, 30/10/2009 [consulta: 12/08/2021].

GONZÁLEZ DE CÁRDENAS, CHARO (2018): “Una falla y una insignia“. Blog Valencia en Blanco y Negro [consulta: 12/08/2021].

MONTAÑÉS, J. A. (2018): “La falla de Dalí y su afán por cobrar: ‘Hay que perseguirlos como a ratas'”. Web de El País, 18/03/2028 [consulta: 12/08/2021].

La polèmica falla de Salvador Dalí“. Web del Diari de Girona, 22/03/2019 [consulta: 12/08/2021].

NO-DO número 586 A, Filmoteca Española. Rtve.es.