El Ayuntamiento de València readmite al anterior director de museos festivos, Gil-Manuel Hernández, pero cautelarmente y porque no tiene otro remedio, ya que le ha obligado el juzgado.
El anterior director de museos festivos del Ayuntamiento de València (Museu Faller, Museu del Corpus y Museu de la Setmana Santa Marinera), Gil-Manuel Hernández, que fue cesado en la institución a pesar de ser funcionario de carrera, ha tenido que ser readmitido de inmediato. El juzgado donde denunció la separación del servicio, el contencioso-administrativo número 7 para más señas, ha aceptado su medida cautelar de reincorporarse, ya que el cese le ha supuesto “un perjuicio irreparable para el funcionario municipal” al quedarse sin ingresos. Además le da la razón el Real Decreto Legislativo 5/2015, de texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, que indica que si se amortiza una plaza ocupada por un funcionario de carrera, éste debe trasladarse a otra de la misma categoría.
No obstante, esta vuelta al consistorio no es definitiva, ya que la medida cautelar puede recurrirse en un plazo de 15 días y además está pendiente del resultado del futuro juicio.
El cese de Gil-Manuel Hernández y del jefe de Patrimonio Festivo, Josep Lluís Marin, ambos por amortización de sus plazas, ha sido controvertido desde el principio. Y no sólo por su supuesta contradicción con la legislación del empleado público, sino también porque se ha calificado de “purga ideológica” por parte de Compromís porque ambos funcionarios son afines a esta coalición, bajo cuyo gobierno municipal tomaron posesión de sus plazas. El concejal de Fallas, Santiago Ballester, manifestó previamente en una entrevista publicada en Levante-EMV que no le importaba tenerlos en su equipo, siempre que las cuestiones ideológicas no supusieran un problema.