La mascletà de Almeida (perdón, de Madrid) hizo casi caerse los cuadros del Palacio Real, y es que los más de 300 kilos que disparó Pirotecnia Valenciana fueron un buen espectáculo… aunque no gustó a todo el mundo.
La polémica mascletà de Madrid celebrada hoy (que, a pesar de lo que digan muchos medios, no es la primera en la capital de España como ya se explicó en esta web) ha hecho disfrutar a miles de madrileños y de valencianos desplazados hasta el lugar. Ni las protestas de organizaciones ecologistas, ni la denuncia de animalistas solicitando la suspensión, ni las quejas de la oposición municipal, han conseguido parar esta promesa del alcalde de Madrid a su homónima de València. El único cambio que ha habido, y por razones técnicas, es que en lugar de montarse sobre el mismo Puente del Rey como estaba previsto, se ha situado en la explanada entre este puente y la avenida de Portugal.
La mascletà madrileña ha contado con la presencia de las falleras mayores de València, María Estela Arlandis y Marina García, junto a sus cortes de honor, así como la alcaldesa de València María José Català, el concejal de Fallas Santiago Ballester, el presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón, directivos y directivas de Junta Central Fallera y otras autoridades. Las representantes de las Fallas de València, la alcaldesa y el presidente autonómico asistieron a una recepción en el Ayuntamiento de Madrid previa al disparo pirotécnico.
Y hablando de público, hay que destacar la numerosa presencia de valencianos y valencianas que se han desplazado hasta la capital de España, en algunos casos con autobuses fletados para la ocasión. El número total de asistentes es muy dispar según la fuente consultada, ya que varía desde los 20.000 que calcula la Delegación del Gobierno, con los 3.000 que afirman diversas fuentes periodísticas.
El espectáculo pirotécnico ha durado 450 segundos y ha contado con tres truenos de aviso, igual que se hace en València. Empezó a la una de la tarde, generando una pantalla pirotécnica de 100 metros lineales gracias a 307 kilogramos de pólvora en artefactos de calibre máximo de 50 milímetros. Se inició con una traca valenciana seguida de fuego aéreo, cuerpo y final terrestres y aéreo, predominando en todo el disparo el aéreo sobre el terrestre. La mascletà, que se diseñó especialmente para la ocasión, dibujó en ciertos momentos la bandera de la Comunitat Valenciana y la de España.
La alcaldesa de València ha agradecido al alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, “su defensa de las Fallas y la proyección internacional de unas fiestas que son patrimonio de la Humanidad” y aboga por más conexión cultural y económica entre ambas ciudades.
No obstante, pese a la felicidad aparente de los mandatarios de los ayuntamientos valenciano y madrileño, la mascletà ha estado cargada de polémica e incluso se ha visto en peligro de suspensión. El hecho de que haya costado 45.980 euros frente a los 8.500 que cuestan en València, que algunos la consideren un capricho de Almeida, que organizaciones ecologistas protestaran por el perjuicio a la fauna de la zona que podría ocasionar y que asociaciones vecinales estuvieran en contra del disparo, la negativa de la oposición municipal de València, y sobre todo la denuncia de los animalistas proponiendo la suspensión cautelar del disparo, han sido los principales puntos en contra. Incluso la etiqueta #NoALaMascleta llegó a ser trending topic a lo largo del día en X (antes Twitter).
Esta mascletà no es un evento aislado, ya que entra dentro del Protocolo General de Actuación entre los ayuntamientos de Madrid y València relativo a promoción turística, firmado en la reciente edición de la Feria Internacional de Turismo, FITUR. Según dicho protocolo, dichos ayuntamientos se comprometen a promocionar de los eventos culturales, turísticos y de ocio de una ciudad a otra. Habrá más mascletaes en Madrid en los próximos tres años.