Algunas fallas las recordamos más que el cumpleaños de la cuñada. El Museu Faller de València ha empezado a recopilarlas (a esas fallas especiales, no a las cuñadas) en unos libros titulados ‘Obres mestres de l’art faller’, cuyo primer volumen se presentó ayer.
De las aproximadamente 35.000 fallas que se han plantado hasta ahora a lo largo de la historia, hay un pequeño grupo considerado excepcional, que han roto esquemas, que no se olvidan aunque pasen los años. Son las obras maestras que desde hace un tiempo empezaron a aparecen en las redes sociales del Museu Faller de València y que ahora, en colaboración con el Centro de Documentación de las Fallas, toman forma de una serie de libros titulada Obres mestres de l’art faller cuyo primer volumen se presentó ayer en la sede de Junta Central Fallera.
El director de los museos festivos del Ayuntamiento de València, Gil-Manuel Hernández, explicó los pormenores de esta nueva publicación junto al autor de los textos, Iván Esbri. Ha sido más de un año de trabajo de investigación para que viera la luz este volumen en el que figuran 50 fallas consideradas obras maestras con su correspondiente explicación, y que es el primero de una serie anual, ya que cuantifican en 500 las que merecen ese especial calificativo y no cabían en un solo libro.
Los criterios bajo los que se ha realizado la selección de las obras maestras son cuatro. El primero, el reconocimiento del público y del jurado (en forma de premios) hacia la falla. El segundo, que supongan una innovación artística en estilo, técnica, materiales, etc.; es decir, fallas rompedoras que han marcado tendencia. El tercero, que sean trabajos emblemáticos de un o de una artista de reconocido prestigio. Y por último, que sea una falla singular por cualquier motivo, como su tamaño, su mensaje, su cáracter experimental u otros, de manera que sea rompedora con las tendencias del momento. Para ser elegida una falla, ha sido suficiente con que cumpla uno de dichos criterios.
En la selección incluida en el libro predominan las fallas de la sección especial de València (creada en 1942), y hay fallas muy conocidas pero otras no tanto. Se incluyen algunas fallas experimentales y también realizadas por mujeres artistas, aunque de estas últimas no hay muchas porque a lo largo de la historia, la gran mayoría de los realizados de fallas han sido hombres. También aparece alguna falla infantil, pero la gran mayoría de las 50 son adultas, y por otro lado, aunque la mayoría de las fallas son de València, también las hay de Alzira, Quart de Poblet y Mislata. Entre los artistas incluidos hay nombres como Juan Huerta, Modesto González, Regino Mas, Paco López Albert, Vicente Luna, Julián y Pepe Puche, Pere Guillem y Julio Monterrubio.
De cada falla incluida en el libro hay una foto, la mejor que se ha podido encontrar para su publicación, y un texto explicativo donde se habla del o de la artista que la plantó, se relata la descripción formal y técnica de la falla así como de sus contenidos, se comenta algo de la comisión que la plantó y se contextualiza en su entorno histórico y social, para que se pueda comprender mejor su mensaje.
Con esta serie de libros que empieza ahora se quiere guardar un recuerdo físico de aquellas fallas que han sido especiales desde el siglo XIX, que además puede servir de referencia para el trabajo de actuales y futuros artistas falleros, incluso para incentivar la recuperación de costumbres ya desaparecidas como las de plantar fallas desintegradas o itinerantes. El volumen se venderá en el Museu Faller de València al precio de 10 euros.
En la mesa de intervenciones también estuvieron Juanjo García, de la delegación de Falla de Junta Central Fallera y artista fallero; Paco Pellicer, maestro mayor del Gremio Artesano de Artistas Falleros de València; y Carolina Albiach, de la delegación de Patrimonio de Junta Central Fallera.