El Reglamento Fallero está caducado en algunos artículos, y el Congreso Fallero los quiere cambiar por unos nuevos. Es una de las principales ideas del coloquio celebrado ayer en las Jornadas Culturales Pepe Monforte, organizadas por la Federación de Fallas Benicalap-Campanar.
La segunda y última jornada, celebrada ayer, estuvo dedicada al Congreso Fallero que se está iniciando. En ella participaron dos componentes de la mesa de redacción (Juanfran Solivares y José Luis Font) y uno de la mesa de organización (Gabriel Aranaz), moderados por Roberto Gómez Baldaquino, de la web y programa radiofónico Hablemos de Fallas. No pudo asistir Amparo Felip, también de la mesa de organización, aunque estaba previsto.
Durante la charla quedó claro que es necesario actualizar el Reglamento Fallero, ya que desde que se aprobó hace ya 20 años, ha cambiado la sociedad y la legislación. En concreto se ve necesario, por ejemplo, adaptarlo a la transformación digital y a la Ley Orgánica de Protección de Datos, añadir una disposición adicional para que se pueda reformar el Reglamento sin convocar un Congreso Fallero, y quizás dar más independencia a Junta Central Fallera respecto al consistorio. Y el cambio deben hacerlo los falleros, porque si no, lo hará el Ayuntamiento de València. De todas maneras, no se plantea un cambio profundo de la norma, sino solo en los artículos que lo necesiten, no viéndose ninguna dificultad técnica para ello.
También se habló del Congreso Fallero concretamente. Su organización es la misma del último que se ha celebrado, ya que se consideró buena. Hay una mesa de organización y otra mesa de redacción, esta última encargada de elaborar un anteproyecto que después se puede modificar con enmiendas que presenten los congresistas, un proceso para el que no se ha puesto tope de tiempo. Se dijo que cualquier fallero o fallera podría ser congresista, siempre que cumpla ciertos requisitos. Ahora bien, sí se apuntó que se intentará que el presente Congreso se hará lo más digital posible.
Hablando de cambios, se debatió la profesionalidad de Junta Central Fallera, la cual no se consideró necesaria salvo para las tareas relacionadas con economía, contratos y tributos. Sin salir de este organismo, se dijo que todos sus miembros deberían conocer el Reglamento Fallero, además de los presidentes de falla.
Una de las últimas reflexiones fue que se tiende a unas fallas festeras, ya que los presidentes no quieren demasiadas responsabilidades. Y otra fue que no hay que tener miedo a debatir, pues si sale alguna propuesta técnicamente posible entre los falleros y falleras, se podría exponer en el Congreso Fallero.