El Joan Fuster fallero según Jesús Peris

Joan Fuster tenía de antifallero lo que de monja: simplemente no le gustaba la fiesta controlada por el poder de su época, la quería popular. Es una de las principales ideas que dio Jesús Peris en su conferencia “Fuster i les Falles” celebrada ayer en el Centre Cultural La Nau.

Jesús Peris en la conferencia "Fuster i les Falles"
Jesús Peris en la conferencia “Fuster i les Falles”.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua, dentro de su año dedicado a Joan Fuster, dedicó una sesión a las Fallas ayer con la conferencia “Fuster i les Falles” que tuvo lugar en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València. Su ponente, Jesús Peris -profesor universitario y miembro de la Associació d’Estudis Fallers (AdEF)-, hizo un recorrido por las aportaciones a la fiesta fallera que realizó el ilustre escritor de Sueca, demostrando así que su fama de “antifallero” no tenía fundamento. Su lucha contra unas Fallas controladas por el poder político y las clases altas le dieron esa fama, cuando realidad lo que quería era una fiesta que volviera a sus orígenes populares y satíricos.

Según apuntó Jesús Peris, la relación con las Fallas de Joan Fuster le viene desde pequeño, cuando en su Sueca natal recogía trastos viejos para quemarlos el día de San José. Por esta experiencia también criticaba que las fallas infantiles se hubieran convertido en algo “para los niños” y no “hecho por los niños”.

No obstante, sus escritos le dieron una injusta fama de antifallero. El primer artículo con polémica fue “Las Fallas, entre Sacha Distel y Josefina Baker”, de marzo de 1962, en la revista Destino. Este artículo y la publicación del libro El País Valenciano el mismo año provocaron que se quemara una efigie de Fuster en la Cabalgata del Ninot de 1963, justo delante del balcón del Ayuntamiento para que las élites de la ciudad lo vieran. Según el escritor, este “auto de fe” vino sugerido desde las altas esferas y por tanto no fue un acto fallero propiamente dicho.

En la conferencia se destacó el libro Combustible per a falles. Editado originalmente en 1967, es una recopilación de artículos falleros publicados en Levante, Jornada, Festividades y Foc i Flama, entre otros medios escritos locales. Como bien señaló Jesús Peris, en ninguno de esos textos se critica a la fiesta fallera, simplemente reflexiona sobre ella, a veces de manera muy original, aunque se ven algunas contradicciones entre algunos artículos. En concreto, hace observaciones interesantes sobre las fallas de pueblos, denuncia las injerencias oficiales en la fiesta y aboga por recuperar el espíritu popular de la misma, ve un peligro en que las Fallas se tomen demasiado en serio a sí mismas, analiza lo positivo y lo negativo del “pensat i fet” y de la sátira, considera a la fiesta como diurna y elogia al artista fallero, a la indumentaria tradicional, a la pirotecnia y a las bandas de música. Además hay un artículo titulado “Reflexions d’un ninot de falla” donde reflexiona sobre la cremà de su ninot, tomándoselo con cierto humor y no considerándolo como un acto decidido por un “tribunal popular”, como se ha comentado antes.

También se recordó su participación en la revista Pensat i Fet, donde escribió un pequeño poema en su número de 1948. Finalizó la conferencia concluyendo que los escritos falleros de Joan Fuster son muy interesantes, lúcidos y actuales, donde el mundo fallero encuentra elementos de reflexión incluso hoy en día y los antifalleros pueden encontrar otra manera de mirar la fiesta. Y como conclusión final, Peris dejó el pensamiento de que “Les falles que no fem nosaltres seran fetes contra nosaltres”.