Este año se empalma la operación bikini con la operación corpiño, porque se va a proponer a la asamblea de presidentes que la semana fallera de València sea del 1 al 5 de septiembre. Este miércoles, la votación definiva (con el permiso del covid-19, claro).
La reunión de hoy de la Mesa de Seguimiento de las Fallas ha desvelado oficialmente lo que ya se sabía, que la Conselleria de Sanitat da el visto bueno para realizar actividades festivas a partir del 1 de septiembre. Dentro de este marco, los representantes de las Fallas propondrán a la asamblea extraordinaria de presidentes y presidentas que la plantà de las fallas infantiles sea el 31 de agosto, y que esta semana fallera atípica se extienda desde el 1 hasta el 5 de septiembre.
Dicha asamblea se convocará hoy para celebrarla el miércoles, con el fin de que los presidentes y presidentas de falla voten si aprueban o no esas fechas. Si finalmente es así, se tendrá que trabajar en los protocolos correspondientes para los actos imprescindibles de las Fallas.
Naturalmente, todo está condicionado a la evolución favorable de la pandemia, a lo cual contribuye que la vacunación se efectúe en los plazos previstos. Si todo va bien, se presenta una semana fallera atípica no sólo por las fechas (aunque para Elda no lo son tanto, porque siempre la celebran en septiembre), sino también porque estará recortada en actividades y las que haya, tendrán que cumplir unas medidas de seguridad que ya se determinarán según la situación. Además habrá otras peculiaridades, como que se plantarán dos fallas infantiles en la plaza del Ayuntamiento de València, y tendremos fallas ampliadas respecto a lo que se plantará inicialmente. En cualquier caso, se presumen más calurosas que de costumbre, aunque el riesgo de lluvia seguirá existiendo pero por la proximidad del otoño.
Estas serían las primeras Fallas que se celebran desde 2019, ya que las de 2020 se suspendieron a vísperas de celebrarse, el 10 de marzo de dicho año. Tanto las comisiones falleras como los sectores económicos vinculados a la fiesta están deseosos de que vuelva a haber festejos falleros, no sólo por la necesidad de actividades que den alegría a un período triste como es el de la pandemia, sino también porque muchos negocios (empezando por los talleres falleros) están padeciendo una fuerte crisis derivada de la falta de contratación al no haber fiestas. No obstante, no faltan opiniones de personas que no quieren unas fallas “a medias” o en fechas que no son las habituales de marzo.