El diseñador de la falla municipal de València, el artista urbano Dulk, inaugura este viernes una exposición en el Centre del Carme Cultura Contemporània donde, haciendo una extensión de dicha falla, muestra a su estilo la problemática medioambiental de la Albufera.
Mientras la falla del Ayuntamiento de València espera que se pueda plantar, su diseñador, Antonio Segura “Dulk” mostrará en el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) una exposición que conecta conceptual, estética y narrativamente con ella. “Rondalla del fang” pretende enseñar al público la belleza y problemática medioambiental de la Albufera, utilizando un lenguaje literario, musical y de arte mural, en el cual se pueden integrar los visitantes.
Ayer por la mañana tuvo lugar la presentación de esta exposición, que se inaugurará el 12 de marzo y se mantendrá hasta el 17 de octubre. Se encargaron del acto el director del CCCC, José Luis Pérez Pont, el concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, Carlos Galiana, el comisario de la muestra, Fran Picazo y el artista, Antonio Segura (Dulk).
“Rondalla del fang” toma el nombre de su estructura de cuento tradicional valenciano. Por ello se ha planteado como un cruce entre una instalación plástica y un montaje escénico, en el cual entra el público para que se sienta pequeño entre gigantescas especies animales que habitan la Albufera. De esta manera se quiere hacer ver que las personas son pequeñas frente a la Naturaleza, de la cual forman parte.
Para crear tal ambientación, las paredes de la sala reproducen fondos acuáticos, amaneceres y ocasos bañados de luz, usando transiciones de colores. En cuanto a los animales mostrados, aparecen las especies más representativas pero también las invasoras. En este sentido, se quiere mostrar el resultado del cambio climático en hechos como que el flamenco, que antes solo iba de paso por la Albufera, y que ahora se queda en ella. También se quiere hacer notar la escasez de agua. Complementa la muestra una composición musical y un cuento de la escritora Mar Benegas, que es una rondalla que guía la narración de los elementos artísticos. Dicha historia se podrá oír en el teléfono móvil gracias a un código QR que hay a la entrada de la sala.
La exposición ocupa dos salas: la primera, llamada del 1% porque sólo este porcentaje de la Albufera está considerado reserva natural. En ella hay un grupo de aves (como el calamón, el anade real, el chorlitejo patinegro y un pato colorado) en el único reducto que queda de tierra, con un fondo que es una transición entre amanecer, atardecer y una luna de ensueño.
En la segunda aparecen las amenazas que tiene la fauna de la Albufera, en concreto la contaminación, la escasez de agua y su falta de calidad. En esta sala hay un flamenco con la cabeza bajo en agua, buscando comida, y a su lado, en una espacio que simula en fondo de una laguna, también buscan qué comer una pareja de samarucs. En el techo hay redes y plásticos que amenazan la reserva, y las paredes tienen fondos acuáticos y personajes que luchan por la adaptación para no extinguirse. También hay una diana formada por tierra en diferentes estados, simbolizando que las especies de la escena están en el punto de mira.