Comisiones y artistas falleros se han puesto en marcha para ayudar a luchar contra los trillones de coronavirus que nos han jorobado nuestra vida social y económica. Equipamientos de seguridad y ayuda social se han puesto en marcha desde el mundo fallero.
La pandemia del coronavirus (o Covid-19 para ser más exactos) no ha detenido la actividad fallera completamente, y menos la solidaria. La comisión de Aras de Alpuente-Castell de Pop, situada en el barrio valenciano de Nazaret, ha decidido por unanimidad de su directiva donar los bocadillos que habían encargado para la cena del 17 de marzo, y que ya estaban pagados, a la entidad benéfica Ciudad de la Esperanza. De esta manera, dicha comida que iba a ser para un acto fallero de una semana fallera que no se no se sabe a ciencia cierta cuándo se celebrará, se destinará a las personas necesitadas que, por desgracia, necesitan más ayuda por causa de la actual crisis sanitaria, social y económica.
Pero además, hay talleres de fallas y de carrozas que aprovechan su infraestructura para construir equipamiento de seguridad contra la epidemia. Es el caso de Carrozas Sánchez, que de mano de su tercera generación de artistas, Rafa Sánchez, ha puesto sus impresoras 3D dentro de la red colaborativa “Coronavirus Makers” para la fabricación de equipos de protección para el personal sanitario. Con ellas fabrica unas viseras que se acoplan a las mascarillas, actividad que sustituye a la construcción de carrozas para la fiesta de la Magdalena, que sería lo habitual de la época.
La red a la que se ha adherido el mencionado artista cuenta ya con más de 10.000 personas en toda España, las cuales están poniendo sus impresoras 3D al servicio de la fabricación de mascarillas, máscaras, respiradores y cabinas, realizando un proceso productivo cada vez más rápido para distribuirlo entre los centros sanitarios.