La fallera mayor de València, Consuelo Llobell, pidió ayer en una rueda de prensa que la atípica semana fallera de julio “sea la mejor de nuestras vidas”. También agradeció la rapidez de actuación de Junta Central Fallera y del Ayuntamiento de València ante esta crisis.
Ayer tuvo lugar otra “Crida” de la fallera mayor de València, según ella el discurso más difícil de su mandato, en una rueda de prensa que realizó en el edificio de Junta Central Fallera. Tras el aplazamiento de la semana fallera, quiso dar mensajes de ánimo y fuerza a todo el colectivo fallero, para que demuestre que los falleros y falleras no se rinden, y que en julio vivamos todos “las mejores Fallas de nuestras vidas”.
Consuelo ha reconocido lo duro de estos momentos para ella, pero como representante de la fiesta junto a la fallera mayor infantil de València y las cortes de honor, debían lanzar un mensaje de “apoyo, tranquilidad y solidaridad”. La espera de 48 horas se ha debido a la necesidad de digerir la noticia y a querer tener nuevas fechas para la fiesta, que será del 15 al 19 de julio. La fallera mayor considera que la asamblea de presidentes aprobará esos días para la semana fallera, dando lugar a “unas fallas históricas, diferentes, pero en las que la ilusión, las ganas y el sentimiento permanecerán intactos”.
También ha destacado la “increíble rapidez con la que Junta Central Fallera y el Ayuntamiento han acometido el cambio de fecha y ha hecho por minimizar los perjuicios que este nuevo contexto presentaba” y ha agradecido la labor de los delegados de sector, Federación de la Sección Especial, Federación de Primera A, Interagrupación de Fallas, Gremio de Artistas Falleros y, en general, a todos los falleros y falleras. Hubo agradecimientos también al colectivo sanitario, al cual ella pertenece como médico, por sus esfuerzos en la lucha contra el Covid-19.
Comentó además que todos hubiéramos querido que la semana fallera se hubiera desarrollado con normalidad, pero se tuvo que tomar la dura salida de aplazarlas por recomendaciones del Ministerio de Sanidad, “una decisión complicada pero basada en la responsabilidad y el sentido común”.
Resaltó que en este momento es cuando mejor verá el mundo “la importancia de las Fallas a nivel cultural y sobre todo económico”. En el terreno de la economía ha tenido recuerdos para los artistas falleros, los pirotécnicos, los floristas, las bandas de música, la indumentaria, el montaje de carpas y escenarios, la iluminación, los diferentes proveedores de las comisiones, la hostelería, los peluqueros y maquilladores, las churrerías y buñolerías y a los muchos otros sectores que se están viendo afectados por el aplazamiento de las Fallas 2020. Comentó la anécdota de que “ayer, sin ir más lejos, mientras la Corte y yo paseábamos por la calle
escuchamos la conversación de una mujer que decía: ¿Y ahora qué hago yo con las 100 calabazas que he comprado para Fallas? Una pequeña muestra de que todavía no somos conscientes de la gran cantidad de gente que hace posible esta fiesta”.
En especial destacó la necesidad de salvaguardar la profesión de artistas falleros, a lo que añadió el presidente de JCF, Carlos Galiana, que el principal eje de la fiesta es precisamente la falla. La fallera mayor se alegró de que la mayoría de ellas se conserven hasta julio, y agradeció al Ayuntamiento de València y a la Generalitat Valenciana hacerse cargo del transporte y de almacenar las fallas hasta julio.
Asimismo, comentó que esta vez se solaparán dos ejercicios falleros, pues ya se ha empezado a trabajar en las Fallas de 2021, para las cuales el Ayuntamiento está pensando en aumentar las subvenciones. También, por cierto, se está pensando en alargar su mandato por la excepcionalidad de este ejercicio.
Finalizó esta emotiva intervención diciendo que “no importa el calor, ni si será raro estar en el casal sin el polar y el blusón, lo que verdaderamente importa es que sí tendremos Fallas porque, como bien dice el lema de nuestra falla municipal, Açò també passarà!“