La Falla Mossén Sorell-Corona, como si estuviera forrada, quemará un furgón blindado con más 50 millones de euros en billetes dentro. La pesadilla del Dioni.
Llegan días señalados como el Black Friday, el Ciber Monday, la Navidad o el cercano San Valentín, y a mucha gente le da por quemar el dinero comprando cosas para regalar o para uso propio. Esta conducta extremadamente consumista que supuestamente nos hace más felices, pero que es inviable a la larga porque los recursos del planeta son limitados, es el fundamento de la falla que Mossén Sorell-Corona plantará el taller de Manolo Martín con el diseño del estudio Yinsen (formado por María Pradera y Lorena Sayavera).
En efecto, las autoras quieren retratar con crítica e ironía el consumo exagerado de la sociedad actual con un furgón blindado a tamaño real que tendrá un grafiti a un costado que diga: “Jo per a ser feliç vull un camió”, recordando una canción de Loquillo pero con un sentido satírico. Dentro habrá fajos de billetes (no de curso legal, ya que tendrán la imagen de las Torres de Serranos grabada) que sumarán 54 millones de euros, lo cual será visitable en determinadas horas del día. El furgón representa el capital, la ambición, la deuda, el poder, la supuesta seguridad de los bancos, conceptos que se quemarán la noche del 19 de marzo con los billetes que van dentro de él.
Como ya es habitual, la falla será el centro de otras actividades de la comisión fallera y del llibret, el cual también lo ha diseñado Yinsen. Esta obra literaria contrastará una tapa dura con efecto de stamping, simbolizando el lujo y el poder, con una encuadernación sencilla de gusanillo de plástico. Esta divergencia también se apreciará entre la falla grande y la pequeña.