Se buscan libros para que formen parte de la próxima falla grande de Plaza de Jesús. Sin embargo, no se quemarán. ¿Y eso cómo es posible?
A lo largo de la historia se han sucedido diversas quemas de libros. Una práctica con motivos religiosos o políticos, normalmente realizada públicamente, que pretendía censurar de esta manera ideas y personas, y que aún hoy en día sigue pasando en algunos lugares del mundo. Precisamente ayer, 10 de mayo, se cumplieron 86 años de una de las más famosas: la quema de libros en Bebelplatz por parte de los nazis, en la cual el fuego destruyó obras de escritores judíos, marxistas y pacifistas cuyas obras se consideraron de “espíritu anti-alemán”.
Con motivo de esa efeméride, ayer por la tarde la Falla Plaza de Jesús quiso dar una pincelada de lo que será su falla grande, ya que está basada en la quema de libros. Con el lema Liberum libri…, los hermanos García construirán un catafalco crítico contra la ignorancia, la incultura y los totalitarismos, en el que se incorporarán todos los libros que se donen a la comisión con este destino durante el ejercicio, habiéndose recopilado ya unos cuantos en el acto de la presentación. Ahora bien, dichos volúmenes no se quemarán con la falla, ya que se retirarán de la misma y se donarán a una ONG que tienen librerías de segunda mano, a través de las cuales consigue fondos para sus fines.
De momento, no se han dado más detalles de esta falla que de nuevo, será experimental, como es habitual hace muchos años en esta demarcación. Habrá otra presentación del proyecto más adelante, en la cual se sabrá más del mismo.