Con un nombre que no era precisamente modesto, “macromascletà universal“, se disparó el pasado martes la primera gran mascletà en Benicalap. Quemó 150 kilos que no fueron “modestos” tampoco.
Empieza bien la cosa. La primera gran mascletà de Benicalap del 19 de marzo convocó a miles de personas y estuvo a la altura de las expectativas. La Federació d’Amics de la Pólvora de Benicalap, creada este ejercicio fallero y presidida por Manuel Castellano, puso en marcha esta iniciativa como alternativa a la masificada mascletà de la plaza del Ayuntamiento de Valencia, y dado su apoyo popular tiene vistas de consolidarse como tal.
En efecto, los 150 kilogramos de mezcla explosiva que encendieron los hermanos Caballer fueron ampliamente seguidos tanto en persona (en un solar de la avenida del Levante UD, cerca de la Ciudad del Artista Fallero) como por Internet, contabilizándose en dos días más de 25.000 vistas en total de los vídeos grabados del acontecimiento. La campaña de promoción en redes sociales y las noticias en prensa sobre esta mascletà sirvieron para atraer a un numeroso público al lugar.
El espectáculo empezó con el encendido conjunto de la mecha a cargo de los representantes de las comisiones falleras integrantes de la federación, es decir, las fallas Periodista Gil Sumbiela-Azucena, Acacias-Picayo, Ciutat de l’Artista Faller, Manuel Melià Fuster-Carlos Cortina, Els Generals, Manuel Melià Fuster-Maria Fernanda d’Ocón y Serra d’Agullent. A partir de ahí se pusieron en marcha seis disparos pequeños y cinco terremotos que ocupaban 160 metros lineales de disparo, durando todo aproximadamente seis minutos.
La idea de esta macromascletà (“macro” en comparación a las habituales de una comisión fallera de barrio, pero comparable en tamaño a la de la plaza del Ayuntamiento) supone una descentralización de este espectáculo pirotécnico que puede ayudar a descongestionar el centro de Valencia, en un día tan saturado de la semana fallera como es San José.