Grandes procesiones por el Distrito Marítimo de Valencia, aunque sin capuchinos, ayer para ir y volver de la mascletà que más alto ha llegado (en metros sobre el nivel del mar).
La ansiada mascletà más alta de la historia (hasta los 100 metros llegó el terremoto final) no defraudó a las miles de personas que acudieron a la Marina Real del puerto de Valencia a contemplarla. En efecto, esta combinación de castillo de fuegos artificiales y mascletà realizada por la pirotecnia Ricasa y patrocinada por Anstel, tuvo buenas críticas en especial por su potencia bastante más elevada de lo normal.
En la mascletà vertical se utilizó 15 veces más material explosivo del que se usa en una mascletà media de la plaza del Ayuntamiento de Valencia, es decir, unos 1.700 kilos de material explosivo, de los cuales un 35% (5.000 truenos con el doble de calibre de lo normal) se quemaron en el terremoto final en solo 20 segundos de los casi 11 que duró el espectáculo. De esos truenos, 382 estaban dedicados a las respectivas comisiones falleras de Valencia, indicando en ellos su nombre como un homenaje a las mismas.
La fallera mayor de Valencia, Marina Civera, pulsó el botón que puso en marcha la mascletà. Junto a ella estaba su corte de honor, el alcalde de Valencia Joan Ribó, el pirotécnico Ricardo Caballer y el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset.