La cosa de los jurados está muy malita

¡Qué difícil es dar premios a las fallas! Es una de las conclusiones a las que se llegó ayer, en la tertulia sobre jurados que se celebró en el casal de la Falla Plaza del Doctor Collado con el Doctor Collado (Quique Collado) como moderador.

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No hay suficiente gente preparada para ser jurado de falla, y los que podían servir no tienen bastante formación al respecto. Y de todas maneras, no existe solución para este problema porque es muy difícil valorar el arte. Es una de las principales conclusiones de la tertulia sobre jurados que tuvo lugar ayer por la noche en el casal de la Falla Plaza del Doctor Collado, un acto que forma parte de la celebración del 150º aniversario de esta comisión fallera.

La mesa la compusieron Julio Torras (fallero), Vicente Fayos (fallero y exsecretario general de Junta Central Fallera), Manuel Algarra (artista), David Moreno (artista) y Marisa Falcó (artista), moderados por el periodista Quique Collado. En ella se expusieron ideas muy contrapuestas, como la declaración de David Moreno diciendo que a los visitantes del Burning Man les parecen aburridas las fallas grandes porque aportan poco nuevo (por buscar premio), mientras que Julio Torras y Vicente Fayos afirmaban que gracias a los premios han evolucionado las fallas. También se criticó que el concurso de monumentos falleros de Junta Central Fallera no tuviera unas bases concretas, sino que tan sólo se dieran orientaciones a los miembros del jurado sobre lo que deben puntuar.

Por otro lado, Fayos comentó que cuando él fue secretario general de Junta Central Fallera, le costaba encontrar a gente para ser jurado de falla porque no hay tanta medianamente capacitada para ello. En cuanto a esta capacitación, también se dijo (y fue una opinión consensuada) que el curso de jurados que se imparte actualmente es insuficiente, ya que debería ser por lo menos de un mes. En otro orden de cosas, se expuso que el nombre de las personas que hacen de jurado debería conocerse previamente para dar más prestigio a los premios, como se hace en otros concursos, a lo que Fayos respondió que esos nombres no son secretos.

La situación del sector del artista fallero fue otro de los puntos relevantes de la discusión. Se sintió la preocupación porque hay muchos artistas que han abandonado el taller para trabajar para otros, actividad que les resulta más rentable económicamente, y que los artistas jóvenes que están entrando ahora tengan miras en otras salidas profesionales, o bien si hacen fallas infantiles, no quieran dar el salto a las grandes. Los tres artistas de la mesa (Marisa, David y Manolo) estuvieron de acuerdo en que su profesión es muy vocacional y por eso hay gente que no la abandona a pesar de ser una ruina económicamente hablando.

La relación entre las comisiones y los artista falleros estuvo también en el punto de mira. Se dijo que hace unas décadas, los falleros visitaban a menudo los talleres de los artistas y ahora pasan meses sin que ninguna comisión vaya a ver cómo está de avanzada su falla. En este sentido, Marisa Falcó comentó que ella insiste en que los niños pasen a su taller a ver la falla, de manera que puedan enseñarles cómo es el trabajo y que lo valoren más, además de crear costumbres que puedan conservar de mayores. Y es que, como ya se comentó, los falleros juzgan lo que ven plantado en la calle, pero no lo que no se ve (el trabajo que lleva detrás). Por otro lado, se abogó en general por haber más entendimiento entre falleros y artistas.

Además, se comentó que mientras las fallas evolucionan con nuevos materiales, nuevos planteamentos de guión, etc., el concurso de Junta Central Fallera sigue igual que hace muchas décadas y se ha quedado desfasado. De todas maneras, David Moreno piensa que jamás se solucionará el problema con los jurados porque siempre se juzgará con una actitud subjetiva, porque cada uno tiene sus gustos, aunque sí que se pidió, como dijo Torras, que aunque cada uno tenga sus preferencias y se pudiera equivocar, que sean honestos en su cometido.