Monumentalismo y peineteo se fusionaron ayer por la tarde en el taller de Latorre y Sanz, cuando la fallera mayor de Valencia y su corte de honor lo visitaron para ver cómo iba la construcción de la falla municipal de Valencia (un proyecto muy trigonométrico del artista Okuda).
El taller de los artistas Latorre y Sanz tuvo una visita especial durante la tarde de ayer, ya que Rocío Gil Uncio, fallera mayor de Valencia, junto a su corte de honor, el concejal de Cultura Festiva Pere Fuset, el secretario general de Junta Central Fallera Ramón Estellés y vicepresidentes de Junta Central Fallera se acercaron a ese lugar para comprobar cómo iba la construcción de la falla municipal de la ciudad y, de paso, preguntar curiosidades sobre la misma y hacerse algún que otro selfie.
Interesante fue ver diversas etapas del proceso constructivo de este proyecto diseñado por el artista internacional Okuda San Miguel, y que como la mayoría de sus obras, está basado en triángulos multicolores. Los artistas falleros comentaron que, a pesar de ser una forma geométrica sencilla y que la falla parezca fácil de hacer, no lo es ni mucho menos porque hay que cortar miles de triángulos que después encajen perfectamente clavados sobre bastidores de madera. Y no se colocan de cualquier manera, sino según indica el proyecto, en el cual se determinaron el tamaño y forma de los triángulos de forma digital al reducir drásticamente el número de polígonos en el modelado 3D de la maqueta de la falla. Es un proceso análogo al que se conseguiría bajando bruscamente la resolución de una fotografía, lo cual haría más grandes y visibles los píxeles. La construcción se hace más complicada cuanto más detalle tiene el elemento, como por ejemplo unas manos, que tienen muchos triángulos pequeños.
Además, en la falla también se utiliza la técnica de la vareta (popularizada en los últimos años por las fallas municipales salidas del taller de Manolo García), concretamente en la esfera terrestre de la parte central. Corcho también se utiliza, aunque poco en relación a la cantidad de madera. En cuanto al cromatismo, se utilizan siete colores básicos y cuatro tonalidades de cada uno (es decir, 28), además de una gama de grises para las figuras de las Venus. Parte del centro ya lo pintó Okuda con unos colores de prueba, pero la mayoría de las figuras aún están pendientes de que les dé color este artista y su equipo. La parte inferior de la falla se pintará durante la plantà por personas que quieran participar en ello, actividad para la cual se espera una gran demanda y por ello se pensará en un sistema para elegir a los colaboradores.
La falla municipal de Valencia contendrá alguna obra de Okuda ya existente (como ya descubrieron algunos medios hace meses), y no representará escenas como las habituales en las fallas. Ahora bien, como ya se ha comentado, ninots sí que habrá en ella.