Para cuatro chorradas que hay que cambiar del reglamento fallero, no vale la pena un congreso. Es una de las conclusiones del coloquio organizado ayer por el Círculo de Opinión con los presidentes de las federaciones de especial y de primera A, y de la Interagrupación, en el que hicieron un balance del ejercicio fallero pasado.
El tan reclamado Congreso Fallero para cambiar el reglamento de Junta Central Fallera y sus comisiones, no parece una emergencia para tres pesos pesados de las fallas en Valencia. Rafael Ferraro, presidente de la Federación de Fallas de Sección Especial; Paco Romero, presidente de la Federación de Fallas de 1ª A; y Jesús Fernández, presidente de la Interagrupación de Fallas de Valencia, comentaron anoche en el Ateneo Mercantil de Valencia que para unos pocos artículos que habría que modificar del Reglamento Fallero (y algunos porque obligan las nuevas normativas) no vale la pena. En cualquier caso, aclararon que la última palabra sobre convocar el congreso o no la tienen los falleros.
En relación a ello, el presentador de este coloquio organizado por el Círculo de Opinión Bunyol d’Or amb Fulles de Llorer i Brillants, Marcos Soriano, preguntó la opinión de la mesa sobre desvincular a Junta Central Fallera del Ayuntamiento de Valencia, a lo que contestaron los ponentes que no lo veían conveniente. También se dijo que el consistorio debe tener en cuenta las necesidades de los falleros cuando promete que las carpas se instalarán más tarde, ya que las comisiones necesitan su tiempo para acondicionarlas.
Otro tema que se tocó fue el de las verbenas. Se habló de la necesidad de ellas para dar fiesta a los falleros, aunque reconocieron que las que se celebran el 15 de marzo por la noche desde hace unos años son molestas para el artista que está plantando. En relación al auge de las fiestas en las comisiones, se propuso la idea de obligar a que un porcentaje mínimo del presupuesto de éstas se destinara al monumento, para así proteger éste.
Se habló de promoción de la fiesta, en el sentido de que hay otras fiestas como la Feria de Abril o los Sanfermines que abren telediarios y se felicitan por su impacto económico, mientras que las Fallas no. En este sentido se reclamó que se pusiera en marcha el nuevo estudio de la repercusión económica de la fiesta fallera, puesto que ya es necesario. Por cierto que también se habló de promocionar “internamente” las Fallas, es decir, dentro de la propia ciudad de Valencia.
Por otro lado, se criticó el retraso para cobrar las subvenciones y se solicitó a Junta Central Fallera y se pidió una ventanilla única para poder tramitar la burocracia de los permisos. Además, también agradecerían que JCF contara con un asesor fiscal.