La primera Crida de las Fallas de Valencia como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad animó a los niños a que se apunten a falleros, y destacó la labor de las comisiones en la fiesta. Así se oyó anoche de boca de las falleras mayores de Valencia (los que estaban cerca de ellas, porque de lejos no se oía un pimiento).
“Ja estem en Falles!” El grito se volvió a oir de nuevo desde las Torres de Serranos, esta vez de boca de Raquel Alario, la fallera mayor de Valencia actual. En su discurso, aparte de la enumeración habitual de bondades de la fiesta, destacó la labor de los falleros por mantener viva la tradición y por ser “garantes de todo lo que son y representan las Fallas para los valencianos, para nuestra cultura, para la lengua valenciana y para nuestra identidad como pueblo”, y les animó a hacer la fiesta más internacional aprovechando que ya son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad según la UNESCO. Por su parte, la fallera mayor infantil Clara María Parejo incidió en que los niños son el “presente y el futuro de la fiesta”, porque gracias a ellos se mantiene la continuidad de la fiesta. También animó a los pequeños a apuntarse a falleros, incluso a los de pañales, y se acordó de los niños que están padeciendo guerras deseando que sólo escucharan “el sonido de la música y de los petardos” de las Fallas.
Pero antes del parlamento de las falleras mayores de Valencia y del alcalde de la ciudad, Joan Ribó, tuvo lugar un espectáculo proyectado sobre las Torres de Serranos creado y dirigido por Manuel Coronado, en el cual se proyectaron numerosas fotos cedidas por las comisiones falleras en las que se veían ensayos de teatro, bandas de música, cabalgatas y otros actos realizados por los falleros. En él participaron 15 falleros y 11 falleros representantes de los 26 sectores de Junta Central Fallera que, desde la parte de arriba de las torres, movían luces de colores.
Un pequeño castillo de fuegos artificiales de Pirotecnia Valenciana puso final a la Crida, a la cual asistió, como siempre, un numerosísimo grupo de falleros con sus estandartes y, en ocasiones, con charangas que hicieron más amena la espera (larga para algunas comisiones, porque durante toda la tarde estuvieron llegando al lugar) hasta que empezó el acto. Pero el castillo fue también el colofón de un día cargado de actos que se inició con la macrodespertà a las siete y media de la mañana, el desayuno fallero, la entrada de bandas de música y la primera mascletà en la plaza del Ayuntamiento de este año.