Una conferencia sobre lo que significa ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, abierta al público en general, ha sido el arranque del Curso de Experto Universitario en Fallas y Creatividad, impartido por la Universitat de València y que se extenderá hasta mayo.
Una conferencia de título “Patrimoni Cultural Immaterial: reptes i oportunitats en la salvaguarda de la cultura del treball i la cultura festiva” y abierta al público en general, fue el pistoletazo de salida de la primera edición del curso de postgrado sobre Fallas y Creatividad que ofrece ADEIT (Fundación Universidad Empresa de la Universitat de València) y que supone el primero universitario dedicado a dicha fiesta. El ponente, Luis Pablo Martínez, con su amplia experiencia en el tema (ha coordinado cuatro expedientes de candidaturas a Patrimonio Mundial y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad), realizó un recorrido histórico de la protección del patrimonio, empezando por aquellas normativas de las civilizaciones clásicas donde se decía qué edificios se podían derribar y cuáles no, llegando al concepto actual que deriva de la Revolución Francesa y de la sociedad burguesa, que necesitaban símbolos en bienes tangibles para potenciar la identidad de los pueblos.
Según comentó el conferenciante, al principio la idea de “patrimonio cultural” era muy “pétrea”, es decir, se limitaba casi a edificios, pero con el tiempo se amplió también a bienes muebles (esculturas, por ejemplo) e incluso al entorno de las construcciones. Al principio cada estado tenía sus propias leyes para salvaguardar el patrimonio, pero con la creación de la UNESCO (una parte de la ONU) en 1945 éste organismo tomó las riendas del asunto, dando éste otro paso importante al reconocer que elementos inmateriales como las tradiciones, rituales y fiestas podían considerarse patrimonio cultural, algo que ya se estaba viendo en países como Japón. En este sentido fue importante e Programa de las Obras Maestras del Patrimonio Oral de 1997, que equilibró a nivel mundial las listas de patrimonio cultural, hasta entonces muy concentradas en Europa.
Al finalizar la conferencia, Luis Pablo Martínez mostró su confianza de que las Fallas consigan que la UNESCO las declare Patrimonio Cultural de la Humanidad el mes que viene, pues su candidatura es “muy potente”. Uno de los codirectores del curso universitario y también del equipo redactor del expediente de dicha candidatura, Gil-Manuel Hernández, estaba de acuerdo y destacó que el organismo internacional valora mucho la transmisión generacional, el arraigo social y la existencia de profesiones relacionadas con la fiesta.
El curso continuará los viernes por la tarde con sus clases teóricos, así como algún sábado y puntualmente otros días de la semana con cuestiones prácticas. Dado que hay que completar 150 horas (110 teóricas y 40 prácticas), el calendario de clases se extenderá hasta mayo, finalizado el cual los alumnos (unos 20) deberán elaborar un trabajo que evaluará el profesorado.