Nostalgia, pero no de la de lagrimitas sino de la de echar risas, tuvimos ayer con Vicente Lorenzo en la tertulia que sirvió como presentación del catálogo de la exposición de obras suyas que hay en el Museo Fallero de Monteolivete.
Un cartelista metido a hacer fallas. Así se definía Vicente Lorenzo en sus primeras realizaciones de estos efímeros monumentos hace 45 años, como bien recordó Hernán Mir anoche en el coloquio que tuvo lugar en la sede de Junta Central Fallera y que sirvió para presentar el catálogo de la exposición “Lorenzo: traços, esbossos i cartells”, ubicada en la sala Josep Alarte del Museo Fallero de Valencia. Una tertulia que se hizo amena gracias a las anécdotas del protagonista, quien compartía mesa con los también artistas Vicente Francisco Lorenzo (su hijo), Toni Colomina, Víctor Valero, todos ellos comisarios de la exposición y moderados por la periodista y también autora de alguna falla Mónica Antequera. Ésta repasó el catálogo que se presentaba para comentarlo con los contertulios y el público.
En la tarde de ayer, mucha gente destacó la facilidad con que Vicente Lorenzo se ha adaptado a las técnicas y materiales para construir fallas que iban surgiendo a lo largo de su dilatada carrera. Una trayectoria que empezó con unos estudios de bellas artes donde tuvo como profesor nada menos que a Octavio Vicent, al cual Lorenzo reconocía como un gran artista pero con poca destreza para las fallas. De hecho es muy conocido el hecho de que el Coloso que iba a plantar en 1970 en la plaza del Caudillo (actualmente del Ayuntamiento) cayó durante el montaje, algo que Lorenzo vio con sus propios ojos. Otros de sus referentes en el mundo artístico fueron Arturo Ballester y Josep Renau.
También se comentó que su evolución profesional en el área de la cartelería fue más avanzada que en las fallas, lo que Lorenzo justificó con la parada que supuso las colaboraciones con otros artistas como Julio Monterrubio, Miguel Santaeulalia Núñez o Manolo Martín padre. No obstante, fue uno de los artistas que en su momento dignificó las fallas infantiles, que hasta los años 60 no eran muy importantes para las comisiones. Por otro lado, se mostró partidario de que el artista fallero no se exhiba tanto por las redes sociales y que esté más en el taller, hablándose incluso de “exceso de información y de expertos” en el mundo fallero por culpa de ellas. Aun así, reconoce que necesita hacerse pedagogía con las comisiones falleras porque pasan casos como que hace dos años le pidieran alguna foto de su trabajo porque no lo conocían, cuando lleva más de 40 años haciendo fallas.
Hoy en día, Vicente Lorenzo está jubilado pero sin parar de hacer cosas, ya que ayuda a su hijo Vicente Francisco pintándole las figuras y además, está preparando una serie de imágenes de valencianos famosos. De hecho, incluso madruga bastante para aprovechar el día.