Mucho criticarles por su falla de Nou Campanar, pero David Moreno y Miguel Arraiz se han hecho artistas falleros internacionales, ya que plantarán una falla en el próximo festival de Burning Man que se celebrará en el desierto de Nevada (Estados Unidos). Vamos, allá donde Aznar perdió el bigote.
Hace tres meses los artistas de la falla de Nou Campanar de 2015 se fueron a visitar el Burning Man, el festival de arte al aire libre más grande del mundo, y para la próxima edición habrá una falla suya en él. El arquitecto Miguel Arraiz y el artista David Moreno se harán internacionales porque su proyecto artístico para participar en dicho evento ha sido aceptado, cumpliéndose así el sueño de ambos después de haber conocido en persona aquel enorme montaje en Nevada (Estados Unidos) donde también se queman monumentos.
Tal proyecto, presentado por los cauces habituales, no se ha hecho público, pero la web Culturplaza comenta que en él no faltará la sátira que siempre ha de haber en una falla, y que su estética estará dentro de la línea habitual de sus creadores (experimental). Su guión girará en torno a la familia de los Borgia y la Lonja para encuadrarla dentro de la temática del próximo Burning Man, el Renacimiento.
El día de Nochebuena recibieron la buena noticia de la aprobación del proyecto, pero la cosa no acaba aquí. Ahora están pendientes de la concesión de la beca que la organización puede dar para financiarlo, que puede llegar hasta 20.000 euros, así como de obtener los fondos faltantes para cubrir los enormes gastos que supondrá este monumento. En efecto, se construirá en Valencia y después habrá que trasladarlo hasta el desierto de Nevada, donde habrá que plantarlo entre el calor y las tormentas de arena, lo que conlleva unos costes enormes.
El viaje de Moreno y Arraiz a Estados Unidos el pasado septiembre, invitados por la organización del Burning Man por su perfil artístico y creativo, es una iniciativa privada que ha supuesto una toma de contacto efectiva y provechosa para las Fallas. De esta manera los americanos han conocido mejor la fiesta valenciana, demostrando incluso un gran interés por ella; tanto, que el próximo marzo algunos de sus responsables vendrán a verla a Valencia, como le han confirmado al propio alcalde Joan Ribó. Por otro lado, los “emisarios” han podido vivir algo que consideran difícil de explicar para los que no han estado allí, en una ciudad temporal de 60.000 habitantes donde se exponen esculturas en pleno desierto y, aunque también sean efímeras éstas, socialmente no tiene nada que ver con las Fallas.
Según comenta David Moreno en las redes sociales, la fuerza del entramado social de las Fallas (comisiones falleras y falleros en particular como Juan Armiñana) es la que apoya esta aventura que supone un gran paso en la promoción internacional de la fiesta, así como en la creación de una conexión más fuerte con un festival con ciertas características similares y de fuerte arraigo mundial en el ámbito artístico.