Unos 2.000 falleros de la Agrupación de Fallas del Distrito Marítimo se fueron de paella el domingo, y consiguieron una tonelada de comida para los necesitados, dinerito para Lucía y por supuesto, llenar la barriga y pasarlo bien.
El segundo festival solidario de paellas del Marítimo llenó ayer domingo los solares cercanos al Hotel Las Arenas de falleros, pero también de ayuda para los demás. Gracias a la iniciativa “Un fallero, un kilo” se consiguió una tonelada de alimentos no perecederos para la Cruz Roja. Pero además, también se ayudó a Lucía, una niña de Torrent que necesita una cámara hiperbárica y costosos tratamientos para calmar sus continuos dolores; para ello se instaló un puesto donde se vendrían productos para la causa y se recogieron tapones de plástico.
Pero como los fines benéficos no son incompatibles con la diversión, los asistentes al festival pudieron disfrutar de mucha música, concretamente de la Orquesta Twister, de charanga y discoteca móvil; y para los niños, castillos hinchables. Una jornada de convivencia que contó con la visita de las candidatas a fallera mayor infantil de Valencia, y que dejó satisfecho con su resultado al presidente de la agrupación, Manuel Aradilla.