Finalmente, los falleros de José María Haro-Poeta Mas y Ros han ganado a los vecinos en los tribunales y no tendrán que cerrar el casal por las supuestas molestias que les causaban.
Ha funcionado el recurso que presentó la Falla José María Haro contra la sentencia que les obligaba a desalojar su sede, y por fin respiran tranquilos. Aquella primera sentencia, de diciembre de 2012, movilizó a los falleros para conseguir apoyos y dinero para recurrir en los juzgados, lográndose finalmente un resultado positivo a tal esfuerzo.
En efecto, la Audiencia Provincia de Valencia reconoce que no está acreditado que la actividad de la falla provoque las molestias y el ruido por los que se les condenó en la primera sentencia. Además no se demuestra que la comisión sea el origen de los problemas psicológicos que alega el vecino del primer piso, ya que el tratamiento lo empezó después de trasladarse a otra casa. Y es que en la misma plaza donde se sitúa el casal también es un lugar de botellón, por lo que no tienen por qué ser los falleros los que producen el ruido.
La presidenta de la comisión, Paqui González, termina así años de calvario, pues antes de inaugurar el actual casal los vecinos ya habían enviado cartas a Junta Central Fallera para impedir que lo abrieran.