¡Qué bien vienen las experiencias! Y no sólo las que tú piensas, pillín, sino todas. Esta es la idea base de la falla grande que plantará Lepanto-Guillem de Castro de manos del artista Giovanni Nardin.
Otra falla innovadora y llena de mensaje se plantará en la plaza de la Falla Lepanto-Guillem de Castro. Con el título Experiencias y naufragios, la comisión, a través del trabajo del artista Giovanni Nardin, reflexionará sobre lo importantes que son las experiencias en la vida y de los choques que pueden tener éstas con nuestro interior.
EXPERIENCIAS Y NAUFRAGIOS
“Son las cosas que no conocéis las que cambiarán vuestra vida.”
W. VostellLas experiencias hacen al ser humano, forman el caracter, lo fortalecen y con el tiempo desaparecen en la liquidez de la vida.
Hay experiencias tan fuertes que sobrepasan a la vida de un hombre y permanecen sirviendo de base para que otros puedan crecer.
Experiencias, vivencias, son las pruebas que someten nuestra formación a examen. No somos nada sin experiencias, sólo somos lo que otros nos han dicho que somos y/o nos han educado para ello.
Son las experiencias las que hacen que un niño pueda evolucionar y andar, hablar, descubrir y formarse.
Son las experiencias las que delinean nuestro carácter, y desmontan, analizan, refutan el moralismo, los sistemas establecidos, las verdades, las realidades, los arquetipos construidos, y someten a prueba lo que aprendemos en cualquier momento. Evolucionamos gracias a estos choques entre lo que creemos que somos y las vivencias.
Defino vivencia no como un simple instante, un simple recuerdo, son esas ocasiones en que nos dejamos llevar, y que vivimos tan intensamente, con tanta profundidad, que las hacemos nuestras para siempre.
En este proceso de interiorizar puede que la “forma” cambie, sometida a enormes choques internos, fuertes corrientes la arrastran y fuertes presiones la comprimen, todo lo superfluo desaparece, se deshace, se decontruye en trozos, restos, pecios, una desnuda realidad humana queda.De los conflictos allí donde hayan, generados por los choques entre la experiencia y nuestra personalidad construida por una educación y una formación recibidas según las reglas establecidas por un sistema normalizado y moral, puede que en una de estas tremendas tormentas suceda un naufragio.
Como en el mar después de una terrible tempestad, nos encontramos sin puntos de referencias aparentes, sin comodidades en las cuales poder cobijarnos y encontrar refugio.
¿Todo esta perdido?, ¿dónde estamos?, ¿qué hacemos? A la deriva… perdidos, ¿estamos perdidos?Son las premisas para un nuevo comienzo…
Giovanni Nardin